domingo, 28 de diciembre de 2008

Es una decisión...











Cuando uno decide volver a empezar... es de nuevo a pasar por las mismas cosas...DE NUEVO! no se ni que estoy escribiendo exactamente... solo pienso que volver a empezar está en cada quien... es algo personal... una decision que yo no voy a tomar...
Al no querer hacerlo sé lo que estoy haciendo conmigo
aunque no estoy muy segura de lo que estoy haciendo contigo...
Si supieras solo cuánto he llorado no me dirías mala persona...
si supieras
como me he roto la cabeza pensando en como hacerte menos daño...
Pero para mi desdicha y para la desdicha de a quienes les fallo, nací siendo
la más humana del mundo... la mujer que por más q lo evite va a errar y va a defraudar...
Lo siento, aunque no lo creas... lo siento...Ismael Serrano le llama el virus
del miedo...
y yo me contagié de el hace mucho...
con esta letra entenderás el virus...
entendí que nadie tiene un dueño...!! Y temo que también te marches...





Ismael Serrano/ El virus del miedo

Lo amaban, ni más ni menos,
y se sacaba cada mañana
las espinas del sueño.
Juraba y maldecía
y se enredaba en la alambrada
de la mansa rutina.

Vivía como tú o como yo.
El viernes por la noche
iba a buscar a su amor.
Fumaba tranquilo,
planeaba la semana
y ella le arrancaba el cigarro
y lo besaba.

Y un día lo mordió el virus el miedo.
Entendió que las mujeres
nunca tienen dueño.
Y temió que ella marchase,
que se agotase el manantial
sin un por qué.
Venció el miedo y faltó a la última cita,
no descolgó el teléfono
que aullaba en la mesilla.
Y el temor a la derrota
lo agarrotó como un calambre,
sin un por qué.

Duro, intenso y precario...
Se enfrentaba cada día
al oleaje en el trabajo.
Y una mañana la cobardía
lo paralizó en la puerta
y no entró a la oficina.

Volvía a despertar
y empezaba el periódico
como tantos -por detrás-.
Vio y sintió la noche
del planeta y su desastre,
tuvo miedo y decidió
no salir a la calle.

Y ahí lo tienes encerrado en casa,
temblando como un niño,
sellando las ventanas,
para no ver, ni escuchar,
sentir, notar la vida estallando fuera.
Por miedo a sentir miedo
fue a la cama,
como una oruga se escondió
y envuelto entre las mantas
se durmió,
hizo humo el sueño
y se olvidó del mundo
por miedo a despertar.

Aún sigue dormido.
Pasaron los inviernos
y aún sigue escondido,
esperando que tu abrazo
le inocule la vacuna
y elimine el virus del miedo

y su locura.

1 comentario:

Melcocha dijo...

espero que solamente sea un estado temporal y nada permanente. se aprende de todo lo que nos pasa y en eso está el crecimiento.pero el alma también necesita estos momentos de aguevazón, son buenos, la verdad que si..

cuidese mucho